
Vi “El Código Da Vinci” en devedé y me gustó. Vi “V de Venganza” y también me gustó. Qué tanta weá.
En el primer caso leí el libro y lo encontré re entretenido, pero ni cagando me entusiasmé tanto como para ir psicoseándome leyendo
Y como libro en sí, no es el nuevo Don Quijote tampoco. De hecho, me agradó que en la película Forest y Amelie no se besaran, ya que la relación originalmente era mucho más obvia: “Hola, yo soy rico e inteligente y tú eres rica y heredera de Jesucristo, así que descifremos el gran misterio de la humanidad y comámonos”. Pfff.
A veces, eso de “El libro es mejor” puede ser un mero tabú. No defiendo la película a muerte, para nada. Pero me entretuvo sus buenas horas, al igual que el libro. Supongo que si ése era el fin de esta película, entonces ¿Para qué tanto color digo yo? El lector al que le desagradó la película debe haber estado ultra engrupido con la weá.
Por otro lado, con “V from Vendetta” me pasó otra cosa: Encontré minazo a mr “V”. Sisisi, ya sé que nunca se le vio la cara y que bajo toda la ropa no había un erótico y aceitado macho, sino que un weón todo traumado y quemado en un fucking accidente. Pero no me importa, porque igual era sexy. Apuesto a que Manuel Rodríguez también lo era.
Mesiánico o no, igual el personaje la llea’. Y es verdad lo que dijo un don alguien por ahí: “A todas las minas les gustó esa película”.
¿A qué voy con todo esto? Pues tengo entendido que ninguna de estas dos películas fue favorecida por la crítica (no estoy segura en el caso de la segunda), pero igual gustaron. O quizá no, porque el medio igual te predispone a la hora de ir al cine. No hay mucha libertad en eso, conciente o inconcientemente.
Quizá un crítico tenga basta experiencia cinéfila, quizá se ha pajeado viendo a la princesa Leia durante toda su infancia, qué me importa. Puede saber muchos datos técnicos, y al final de sus días no habrá podido disfrutar de verdad cada película que vio, porque toda su vida esperó al nuevo “Ciudadano Kane”.
Creo en la mediocridad del cine cuando el equipo que realizó la película en verdad no tenía un fin más que vender. Puede que el fin sea hacer llorar, reír, gritar, etc. Pero si es “gustar”, me parece mula. La crítica debería fijarse tanto en la película como en el espectador, y en ellos mismos como espectadores también. ¿Qué les causó el film? ¿Los hizo pensar?
Hace poco pude ver “Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos” y debo reconocer que lloré un poco. O no sé si lloré, pero sí me angustié.
“Amelie” puede que este más que trillada, pero muchas veces me subió el ánimo.
Cuando chica, lloraba a mares con “El Rey León” y cuando la volví a ver, casi me mato con la muerte de Mufasa.
Entonces, ¿Qué coño critican los críticos de cine? ¿Mera técnica? ¿Una canción es mejor que otra porque hay lógica armónica, porque esta bien grabada, porque es tonal o modal, porque la letra rima? ¿Un libro es mejor que otro porque tiene más palabras complejas o porque es más largo?
A estas alturas no es que no importe el medio. Es sólo que, a veces, me gustaría que también se valorara el fin.
p.d: Si suena demasiado generalizada esta crítica a los críticos, pues sorry. No me gusta creer que todos son iguales, pues sé que no lo son. Al que le toca, le toca. Y al que no, pues tóquese.