lunes, 29 de mayo de 2006

Me fui en la Volá con Einstein

Hace un rato vi un documental en The History Chanel llamado “La Sinfonía no Terminada de Einstein”.

Habla sobre la teoría en la que él habría estado trabajando antes de morir, la cual (obviamente) no alcanzó a finalizar.

Este caballero tenía una idea demasiado incrustada en su cabeza: él creía que todo podía ser predicho a través de la ciencia. Se basaba, más que nada, en la idea de “Poder leerle la mente a Dios”, como él mismo decía. Creía que, de algún modo u otro, el porqué de las cosas se basaba en una especie de ley o ecuación a la cual quería llegar. Una ecuación capaz de demostrar, de paso, que el jefe de arriba existe (aunque ese no era el fin necesariamente).

Hablaré un poco, a grandes rasgos, de lo que recuerdo del documental y de lo que me ha llevado a reflexionar. El que quiera leerme, que lo haga. El que no, se puede ir ahora mismo a la cresta.

Comienzo: La gran batalla de Einstein empieza con el nacimiento de la mecánica cuántica, la cual abre las puertas al gran mundo de las probabilidades (en esta teoría se basaron para llegar a grandes inventos como los computadores, por ejemplo).
La mecánica cuántica habla, a grandes rasgos también, de que el sólo hecho de observar alguna cosa cambiaría su comportamiento (como cuando observas a alguien y queda intimidado o reacciona de cualquier otro modo, alterando lo que estaba haciendo. Lo mismo, aplicado a niveles macro y microscópicos). Entonces, Einstein no podría predecir el movimiento de las partículas dentro del átomo, ya que al observarlas simplemente ya las había alterado.

En el documental contaban que la sola idea de hacer un experimento dos veces con exactamente el mismo procedimiento y diferentes resultados a Einstein le parecía horrible. Negó por completo al mundo de las probabilidades. Niehls Bohr (“Bohr”, no “Bjork”) era el defensor de esta teoría. A Einstein, entre tantas discusiones (eran amigos, en todo caso) le dio un ejemplo tirando unos dados. Albert respondió: “Dios no juega con Dados”. ¡Tatatataaaaaaaaaaaaaan!

Entonces (para resumir un poco la idea de este comentario sobre el documental, el cual probablemente no fue muy exacto… el comentario, no el documental. A éste último se los recomiendo por completo) en conclusión, el caballero desperdició casi todo el final de su vida intentando hacer “La Teoría Sobre Todo”: Una gran majamama de fórmulas reducida a una pequeña que podría predecir absolutamente todo.

Él decía que no era un genio, que sólo era curioso y que para cada pregunta tiene que haber una respuesta. Cuando ésta es tan simple como una pequeña fórmula, entonces quien te esta respondiendo es el mismísimo tatita Dios. Murió queriendo conocer esa respuesta.

Sin embargo, se considera que el hombre, a finales de su vida, se aisló completamente de los avances científicos, negándolos para poder desarrollar su ambiciosa y obstinada idea. Se ve la evolución de la ciencia actual, basada en todas las cosas que negó Einstein, y se concluye que su “Teoría sobre Todo” jamás tuvo futuro alguno. Es por eso que se ve como un desperdicio a lo que se refiere a sus últimos años de vida.

Podría uno concluir que, de viejo, el compadre se puso terco. Quizá demasiado obstinado con la idea de estar a la par con Dios, yo no lo creo. No sé si era tan mesiánico. Pero si se trata de obstinación religiosa, me dio la impresión de que negó un pequeño/gran elemento cristiano: El libre albedrío.

¿No se supone que uno siempre tiene la opción?

Los griegos siempre disputaron su drama con el destino en las Tragedias literarias (Nótese en “Edipo Rey” cómo el aweonao del papá, queriendo evitar lo que la pitonisa predijo, terminó haciendo exactamente lo que se supone que haría).

El creer o no que todo lo que ocurrirá o lo que haremos en un futuro ya esta escrito es una disyuntiva humana histórica. Sólo se puede concluir que cada cual cree lo que quiere creer. Seguir la corriente o combatirla. Einstein estaba del lado del destino, pero de un modo menos “poético” y más bien lógico y matemático. ¿No quería él, con esta teoría inconclusa, predecir el futuro que ya estaba previamente establecido? ¿Y si sabes lo que ocurrirá, podrás cambiarlo? ¿Y si ya estaba escrito que lo cambiarías? por lo tanto ¿al cambiarlo no estarás haciendo algo que también se había escrito?
¡AAAAHHHH! ¡ANDATE A LA CONCHETUMARE!

Pensar en el destino es horrible. Tragedias griegas, cartas del tarot, Einstein, Yolanda Sultana (Creo que me da lata que todas esas cosas tengan relación, sólo por este último elemento… la vieja pa chanta).

Al final, puedo concluir que quiero saber nada de nada. No quiero cuestionar un destino que después me impida realizarlo. No es que prefiera actuar o pensar; soy fiel amiga del equilibrio (mientras no haya chocolate entre medio).

Pues pienso que uno puede ser lo que quiera ser. Depende da la voluntad de cada uno. El que no es lo que alguna vez soñó no es necesariamente una marioneta del destino. Es más bien un flojo culiao incapaz de tomar una decisión por sí mismo. Es alguien con demasiado poder de aceptación por el entorno, un camaleón: no es quien vive, es quien sobrevive. Esto último es mucho más fácil, ¿no?

Muchos padres de mi generación culpan a los hijos de su infelicidad actual, de tener un trabajo que no les agrada sólo por la responsabilidad familiar. ¿y quién les dijo que los hijos queríamos comodidades como computadores y celulares? Lo único que han conseguido es criar a patanes incapaces de pensar más allá de su alrededor, giles acomodados y con necesidades que no corresponden a las que de verdad deberían sentir.
A muchos niños les daría lo mismo no tener un Play Station o el último grito de la moda, con tal de ver a su familia feliz. A sus padres unidos de nuevo, por ejemplo. O simplemente a verlos más seguido.

La pregunta entonces no es si el destino esta o no escrito, sino más bien ¿Quieres vivir o sobrevivir?

*p.d: si haces click en las imágenes, encontrarás interesantes links relacionados con los personajes de cada foto.

jueves, 25 de mayo de 2006

Mis Películas Soñadas

Anoche soñé con dos películas:


La primera me la contó un amigo que estaba ansioso por verla de nuevo (En el sueño, claro. Dudo que exista en la realidad).

El film se llamaba “Tinta China” y era oriental.
Se trataba de una pluma que viajaba por distintos lugares y que, en cada sitio en el que posaba, ocurría una historia.
Paralelamente, había un escritor que acababa de perder esa pluma y la buscaba con histeria, ya que quería terminar una novela que había comenzado a escribir con ella.
Obviamente, el escritor va siendo testigo de los mismos sucesos que ve la pluma y los escribe con tinta china. Tan, tan.

El otro film se supone que lo ví en el sueño con mis viejos y mi novio.

Se llamaba “Sicario Capital” y comienza con distintas secuencias de minas que miran al horizonte con rostros aproblemados. Una va en un auto por unos viñedos, otra esta sentada cerca de un árbol, otra en el campo, etc: puros paisajes naturales, verdosos y amarillentos. De pronto, la piel de todas estas minas se da vuelta, se les caen los ojos y se descomponen. Debajo de cada cadáver sale el nombre de algún pecado capital.

De ahí la escena cambia a una casa grande, antigua y en tonos rojos. En un pasillo había una mina con pijama rosado y corte de pelo Amelie que va bailando algo así como can can.
Aparece un viejo (cuyo rostro no recuerdo) con un chaquetón grande y negro.
Se escucha una voz que dice “ella no debería estar acá, ella es buena” y en su mente el viejo del chaquetón responde “pero intentémoslo igual”. Entonces, éste se coloca frente a la mina, abre su chaqueta y saca mucha comida.
Luego se ve que la mina del pijama despierta y se encuentra en su casa, en su pieza. Todo había sido un sueño.

Al parecer, el tipo tentaba a ciertas mujeres a cometer los siete pecados capitales mientras dormían y luego las mataba, como a todas las minas del principio. Freddy Kruger’style.

Rara la weá de sueño. Entre medio fui a un funeral, estuve en Valparaíso y tomé clases de arte.

(Esto de patanear y no ir a clases la lleva).

viernes, 19 de mayo de 2006

Nunca se han Preguntado…

¿Porqué ponen esos “secadores de mano” de viento en los baños públicos, si nunca sirvieron para secar las manos?

¿Porqué hay restaurantes chinos donde no trabaja ni medio chino?

¿Porqué no sacan luego esos botones que hay en los semáforos donde dice que si lo aprietas cambiará la luz a verde y que luego de presionarlo te mandan a esperar? ¡Son pal pico!

¿Porqué las peleas de Dragon Ball Z son tan largas? ¿Qué no saben que guatean ene?

¿Porqué en occidente Oliver Atom se llama así, y en oriente se llama hsbdcashbdouh? ¿Cómo me dirán a mí entonces si viajo a Japón?

¡Puta que tengo interrogantes en mi vida!

sábado, 13 de mayo de 2006

Curiosidades de la Internet

Por lo general, utilizo este blog sólo para expresar mis bizarras ideas. No sé si alguien le tomará valor a eso, no me importa. Más me interesa saber que una o dos personas me han leído.

Cosas de ego. En fin. Este post será la excepción, ya que no puedo evitar compartir esto con el resto de la comunidad, y es que de vez en cuando Internet te regala cosas maravillosas. Cosas que jamás creíste que llegarías a ver.

Eso me ocurrió cuando vi este video sobre los Simpsons.


Se trata de una campaña de promoción de la décimo séptima temporada de esta famosa serie.

El video fue filmado en Inglaterra y demoraron 18 meses en hacerlo.

Obvio que tiene sus pifias, como el manubrio invertido en la secuencia en que Maggie va conduciendo (razones claramente inglesas) o que Liza es más grande en tamaño que Burt, pero no importa. El mismísimo Matt Groening lo ha aprobado. Entonces Dios lo aprobó. ¿Cómo no hacerlo uno también?

Pero hay más cosas que quiero compartir con ustedes hoy:

Lo primero es un nuevo blog que he hecho (sin comentarios).

Cuando iba en segundo medio comencé a escribir una especie de guión sobre una adolescente llamada Valentina. La verdad es que muchos de mis compañeros de clase y amigos del colegio lo leían y les gustaba. Me decían que ese personaje era “muy yo”. La verdad es que sí, puede serlo en su manera de pensar, pero ella es un poco más adolescente y estúpida.

Hice varios capítulos y los estoy publicando en este nuevo blog. Visítenlo si quieren.

Lo otro es un blog bastante peculiar. Se trata del ex conductor del “Portal del Web” de la Rock & Pop: Me refiero a don Rodrigo “Barzácula” Campos.


El hombre desapareció hace tres años aproximadamente.
Tiene muchas cosas que decir y sé que varios se sentían muy identificados con él. Para ellos es que les dejo el link de su blog.

Ya pues, los dejo tranquilos por hoy. Amén.

martes, 9 de mayo de 2006

La Subjetividad del Tiempo (Y Weá)

Tiempo de la mierda que lo parió. Es como la gran maldición humana, dicen algunos. Otros, en tanto, lo tratan como un tesoro que hay que saber apreciar (Tan así que terminan desperdiciándolo).

Hay un diálogo dentro de la película “waking life” (léase el post anterior, por favor) que habla sobre el tiempo dentro de los sueños. Puede que despiertes, veas la hora y luego vuelvas a dormir. Tienes el tremendo sueño. Despiertas y juras que han transcurrido muchos minutos, pero ves el reloj y te das cuenta de que ha pasado sólo uno.
A mi me ocurrió hace muy poco.

Te da para pensar mucho acerca de este tema.

El tiempo no es sólo subjetivo cuando sueñas. Hay actividades que te hacen volar a través de él, cosas que te divierten, como cuando eras un niño y jugabas a algo: No quieres que llegue la hora en que tu mamá venga a buscarte de la casa de tu amigo, pero entre más entretenido estás, sientes que más luego llegará ella.

¿Por qué será? Nunca he tenido claro eso. Cuando eres menor, los años son eternos y a medida que creces van cada vez más rápido. Es como si naciéramos queriendo atrapar el tiempo, pero terminamos nosotros arrancando de él.

¿Tendrá que ver con la pulsación cardiaca? Me pasa a veces que escucho una canción y ando tan acelerada que la siento más lenta de lo habitual. Yo sé que el disco dura siempre lo mismo (O se supone, quizá técnicamente hablando esto no sea cierto, no tengo la suficiente información como para saberlo), entonces probablemente “el problema es mío”.

A medida que uno envejece, creo, el ritmo del corazón disminuye ¿No? ¿Irá por ahí la cosa? Como que el cuerpo va yendo más lento que antes, no es que el tiempo se apresure.

No quiero caer en la desesperación de que la vida es corta y que no alcanzaré a hacer todo lo que quiero, ya que podría morir hoy mismo.
Tampoco quiero creer que la vida es larga y que puedo dejar para mañana lo que puedo hacer hoy.

Nietzsche cuando planteaba al “súper hombre” recuerdo que también hablaba del dominio del tiempo no como algo seudo fantasioso, creo yo, sino más bien como el respeto y la buena utilización de este mismo. Saber cuándo hacer las cosas, “ser oportuno”.

Más que mal, lo más intangible es lo único que de verdad tenemos como humanos. Creo que los objetos materiales siempre pueden desaparecer o ser destruidos, a diferencia de los conceptos como el tiempo o los sentimientos que, irónicamente, son ultra momentáneos.

Momentos: siento que es lo único que tenemos y que de verdad llevaremos con nosotros a la tumba. Puros recuerdos. ¿No deberíamos entonces nutrir nuestro tiempo de recuerdos, tanto buenos y malos, para así no desperdiciarlos pensando que éste nos sobra o nos falta?

Nunca he leído artículos serios o libros que hablen de este tema. Si tienen algo para recomendarme, díganmelo por favor. Muero de curiosidad.

Ahora dejaré de escribir weás. Se supone que estoy en cama con licencia médica por culpa de una maldita faringitis. En vez de malgastar mi tiempo en cama, agonizando y preguntando “¿¿¿PORQUÉ A MI???” mejor intentaré avanzar en todos los libros que tengo a mitad de leer, estudiaré un poco y dormiré todo lo que no he soñado por culpa del stress universitario.

viernes, 5 de mayo de 2006

Sueños & Mozart

En esta oportunidad quiero escribir y recomendar dos cosas que ni siquiera sé si son realmente “cosas”:
Una es un objeto concreto, hasta viene dentro de una caja y todo. Pero no es el objeto en sí lo que recomiendo, sino lo que éste provoca luego de haberle dado uso.
Lo segundo va por el mismo sendero: no es el sonido lo que recomiendo, sino la sensación que te dejará luego de haberla oído.

En fin. Basta de introducciones. He aquí mi primera recomendación:

.”Waking Life” (en español “Despertando la Vida”, Año 2001. Creo.)

Hace un par de días, mi novio me contó que había visto una película que lo había dejado muy inquieto. No quería decirme de qué se trataba. Yo me enojé un poco por eso, ya que nunca veo películas sin antes saber algún dato sobre ellas.
Me dijo: “es sobre diálogos, un tipo que va escuchando a la gente…”. Nada más. Es como cuando preguntas de qué se trata Forest Gump y te dicen “es de un mongo que corre”. ¡Na que ver po!
Un amigo nuestro la tiene y le pedimos que la prestara. Nos juntamos los tres y la vimos.

Primero: Hay que decir que es de animación. Una muy distinta a las demás. Al principio marea un poco, pero va evolucionando y cambiando de estilo durante el transcurso de la historia.

Tampoco quiero contarles mucho sobre de qué se trata, ya que (efectivamente) es sobre un tipo que va oyendo a los demás.

Ahora: Lo interesante no es la historia en sí, sino lo que le van hablando al personaje principal. Es como si quisieran unir millones de teorías sobre la vida en un solo film.
Gente común y corriente que te cuenta su respuesta personal al porqué de todas las cosas en el universo.
No es para nada vulgar, muchas veces da la impresión de que este personaje principal se esta enfrentando a grandes filósofos y científicos de la historia que se encuentran escondidos en cuerpos ajenos y contemporáneos.

Comienza el film cuando unos niños juegan con un papel, esa típica flor donde dices un número y después abres una de las hojas y tiene un mensaje del tipo “te casarás con un perro” o cualquier otra cosa. En este caso, al niño le dicen “los sueños son tu destino”. Ultra intrigante.

Cuando terminó la película, todos quedamos con la sensación de querer saber más acerca de cosas intangibles como los sueños, el destino, las frustraciones o la misma muerte.

Definitivamente es un largometraje que te hace pensar. Quizá angustie un poco, es verdad. Como cuando Sócrates te dice “Sólo sé que nada sé”. Por ahí va la cosa.

He hablado a grandes rasgos sobre este film, nada muy profundo o analítico, sólo para entusiasmarlos y para que intenten conseguirla. No creo que sea difícil. De hecho, parece que está disponible en Blockbuster.


.Sinfonía nº 40, KV 550, Andante, W.A. Mozart.

Si bien, esta sinfonía llega a ser Pop de lo repetida que está, el segundo movimiento me tiene demasiado intrigada.
Quizá éste sea el más difícil de procesar mentalmente. Yo no lo creo. Hay que escucharla mucho para quererla. En mi caso, he estado obligada a hacerlo, porque pronto tendré prueba en el ramo de Audición Analítica, donde debo poder reconocerla.

¿Qué es lo que me llamó la atención de ella? ¿Específicamente? Es una secuencia de acordes que, no estoy segura totalmente, pero creo que corresponden al puente que te lleva al último motivo antes de volver al primer tema, el mismo con el que comienza este segundo movimiento. (Si la escuchan detenidamente, lo que acabo de escribir no parecerá tan complejo, para nada).

Es demasiado angustiante esa secuencia de acordes que, irónicamente, te lleva a una melodía muy alegre.
Lo que me dio rabia es que Mozart no siguiera desarrollándola. Me deja con ganas de más. Hasta da la impresión de que ésa era su intención.

De hecho, siempre dicen que Beethoven plantea un conflicto que, al final de la sinfonía, concierto o lo que sea, es resuelta con un “final feliz”. Mozart es todo lo contrario, es mucho más oscuro. Y eso es exactamente lo que me encanta, tanto de él como del movimiento mencionado.

Al igual que la película de la que les hablé anteriormente, no quiero analizar la pieza en gran detalle.
Quiero recomendárselas. Siento que así se gasta el tiempo de mejor manera que chateando en msn o leyendo blogs ajenos (Jojojo).


Si los he aburrido y ni siquiera alcanzaron a leer esto, entonces dudo que lleguen algún día a hacer el empeño de conseguir “Waking Life” o la Sinfonía nº 40.

Si es el caso inverso, entonces supongo que valió la pena haber escrito todo esto.